Ya empezó el otoño y podrías notar que tus perros empiezan a defecar más blando, lo que no significa que necesariamente estén enfermos o con alguna infección. Muchas veces, cuando los perros están expuestos a cambios extremos de temperatura -como es el caso del otoño, que en el día hace calor y en la noche mucho frío-, sus fecas se ven afectadas y éstas son más blandas o líquidas.
Si esto ocurre, recuerda mantener la calma y observar a tu perro. Si ves que está decaído o se siente mal, debes llevarlo al veterinario para descartar posibles patologías, pero si lo notas bien de ánimo y con energía, es posible que en cosa de días ya regule sus fecas.