Probablemente te ha tocado ver más de un perro al que le han cortado la cola u orejas, sobre todo en razas puntuales como rottweiler, doberman, boxer, schnauzer, terrier, cocker y pitbull, entre otros. La mayoría de las veces, dicha práctica se basa solo en algo estético y no tiene beneficios reales para los perros.
Al cortarle la cola u orejas a un perro no solo se modifica su apariencia física, sino que también tiene consecuencias en el comportamiento y convivencia de los animales. Y es que los perros son expertos en la comunicación no verbal; mueven la cola si están felices, guardan la cola entre las piernas como señal de sometimiento; levantan las orejas en señal de alerta; entre otros.
De esta manera, el ser humano, al cortarle la cola a los perros, los hace perder su capacidad de comunicación, disminuye la forma en que demuestran sus emociones y su socialización se puede ver afectada. Lo mismo pasa con las orejas, éstas se mueven hacia adelante, para los lados y para atrás según sean sus emociones en cada momento. Y lo peor es que puede repercutir en su salud, pues quedan más expuestas a enfermedades como la otitis.